- Adelante, Usagi-san -tras recibir la autorización, el afamado escritor giró el picaporte y luego de abrirla, cruzó la puerta. Misaki se encontraba sentado a su escritorio, libro y lápiz en mano, estudiando, como lo había estado haciendo desde hacía unos cuantos días. Las fechas de examen se acercaban y el castaño no se podía darse el lujo de
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